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ORIENTACIÓN Y PSICOLOGÍA




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    LA ORIENTACIÓN EN LOS MARCOS DE LA PSICOLOGÍA





    ¿Arte o herramienta?




    Varias son las profesiones sociohumanísticas que incluyen la orientación dentro de sus herramientas. Orienta el maestro, el abogado, el médico, etc.; sin embargo, existen diferencias entre todos estos profesionales a la hora de realizar la orientación, aun cuando en todos coincide el carácter de ayuda de esta práctica. La orientación psicológica es una práctica profesional que surge como un espacio profesional para potencializar recursos personales, dada la necesidad de que el hombre es un ser en desarrollo, enfrentado a nuevos retos y conflictos en pro de ese crecer que exige una reconstrucción de su experiencia, aún más flexible en un mundo de orientaciones y desorientaciones (1).
    La orientación como disciplina tuvo sus inicios  en los primeros años del siglo XX, ligada    al auge de la industria en Estados Unidos.  El primer laboratorio de orientación conocido, se abrió en la ciudad de Boston gracias a los trabajos de  Frank Parsons (1854-1908), a quien se le considera el autor del concepto de Orientación Vocacional. Él fundó en  Boston la primera oficina de Orientación Vocacional en la que ofertaba una bolsa de trabajo y seleccionaba a los jóvenes candidatos de acuerdo con sus habilidades. Parsons presta atención al análisis y diagnóstico de las capacidades de las personas ante la elección vocacional.
    El periodo entre las dos guerras mundiales marcó el inicio de una forma particular de orientación, el counseling, a partir de lo cual la orientación pasó de ser un concepto a convertirse en un programa. Fue una época muy rica para su desarrollo, durante la cual se incrementó su actividad encaminada a las ocupaciones, el uso de materiales auxiliares de estudio, y su incorporación a centros docentes y actividades extracurriculares, entre otras. Fue el punto de partida para lo que hoy se conoce como Orientación. En la década de los setenta proliferan movimientos de renovación en orientación, como la educación para la carrera, educación psicológica, orientación para la prevención y el desarrollo; que coexisten con otros enfoques más tradicionales, lo que propició una gran diversidad en las prácticas de orientación.
    En 1953 los trabajos de Donald Súper,  amplian su aplicabilidad para las mujeres, grupos minoritarios, culturales. Él crea variables para integrarlas.     La propuesta de Súper trajo consigo la posibilidad de medir, experimentar y comprometer un conjunto de variables en favor de orientar sobre formación profesional y vocacional. Su carácter longitudinal le confirió un espacio entre los planteamientos del momento, a saber: teoría de ajuste de la carrera, las personalidades profesionales de Holland, la visión de Gottfredson sobre el compromiso sociocognitivo con la carrera (Leung ,2008). La voz de Súper se extendió por América del norte, Europa, África, Australia y Asia. 
    A partir de los criterios de Super Progresivamente empezó a resultar común la revisión de las etapas y tareas del desarrollo vocacional, la madurez profesional, funciones de la vida, como insumo para explicar los aspectos del desarrollo Profesional, la construcción personal y profesional en la variación de los valores y preferencias del trabajo y el autoconcepto. En este contexto, la madurez vocacional empieza a utilizarse como medida (Leung, 2008) y a partir de aqui se inicia la orientación encaminada a su desarrollo. 
    Durante mucho tiempo predominó un enfoque clínico de la orientación, ello implicó según plantea Alonso (1998) que: "en la medida en que proporciona una investigación amplia sobre la personalidad del sujeto, identifica y aborda sus situaciones de conflicto; busca comprender la estructura y funcionamiento de sus aptitudes; ayuda en la elaboración de la problemática vocacional; colabora para detectar las interferencias que el individuo sufre en ese momento de la selección; y favorece al sujeto en sí, en cuanto a la construcción de un proyecto de vida más compatible con sus reales intereses y potencialidades" (p.3). 
    Ramírez (2007) considera que la orientación psicológica nació en respuesta a diferentes exigencias del desarrollo social; por lo que se fue contextualizando al área escolar, el área laboral, familiar y personal  para de una forma u otra promover el crecimiento.  
    A lo largo de la vida, se presentan demandas o exigencias para las cuales los seres humanos deberán encontrar oportuna solución. En ese proceso  las personas pueden experimentar sensaciones de disconfort, ante las cuales pudieran necesitar  de una conveniente orientación con la finalidad de que retomen su equilibrio emocional. Cuando el individuo es sano y puede constructivamente asumir con la orientación necesaria por parte de un profesional, este puede asumir constructivamente cualquier proceso de cambio.

             ¿ CUÁLES SON LOS REQUISITOS DE LA ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA 
               QUE LE DAN SU TOQUE ARTÍSTICO?

    Todo profesional que hace orientación psicológica se enfrenta a un sinnúmero de variables paticipantes, como pueden ser: la demanda de orientación, el problema en el que se enmarca, el rol que le corresponde asumir, los recursos que necesita emplear; todo ello le otorga una peculiaridad al proceso de orientación, el que no puede repetirse en ningún caso, antes bien, cada problema es único y lleva un abordaje diferente, esto conduce a una recreación continua de la orientacón como proceso, la que debe contextualizarse a cada caso y a cada situación. Para ello se necesita un proceso de orientación de carácter científico, con el uso de las herramientas que la psicología como ciencia le brinda a sus profesionales, pero en un entorno ameno, despojado de sentencias reticentes y dotado de pautas de interacción que propicien una relación sana y positiva en la cual tanto el orientador como el orientado aunen sus potencialidades para resolver la demanda de la orientación. Es justamente esta característica de recrear cada situación de orientación desde sus peculiaridades la que le da un cierto continente artístico o de representación de roles a la orientación y hacen del orientador  "el artista" capaz de organizar una narración diferente del problema que el sujeto le está planteando, con la utilización de las herramientas propias de su hacer profesional, para que ese sujeto pueda re orientar su actuación, asumiendo perspectivas y argumentos diferentes, no enfocados en el conflicto subyacente a su demanda, sino en su solución.
    Como plantea Calviño (2000) el orientador debe manifestar una actitud empática, sensible y con una congruencia en el decir, en el pensar y en el actuar. Debe tener una entrega consciente y comprometida al proceso de orientación y a la solución efectiva de la demanda de orientación a sus servicios.  
    Este propio autor plantea los recursos para que sea efectiva la orientación psicológica: 
    1. Ayudar es acompañar, facilitar, colaborar, guiar; no es recetar, aconsejar, suplantar.  
    2. Trabajar las manifestaciones presentes porque el pasado es sentido y vivido por la percepción presente que tiene del pasado. 
    3. Tener presente los límites en la relación orientador–orientando (afectivos, tiempo, acción).  
     4. Definir la relación de ayuda a través de la «tríada procesal»: motivo-demanda-problema.   
    5. El proceso de orientación psicológica busca una meta y no una solución. 
    6. Llevar la lógica del proceso con la lógica verbal del sujeto. 
    7. El cambio psicológico no es una nueva personalidad; es una habilidad y/o capacidad para poder actuar, relacionarse, comprenderse mejor. 
     8. No minimizar el dolor del cliente; hay que respetarlo, todo cambio es doloroso. 
    9. No trabajar con las manifestaciones afectivas latentes, sino con las manifiestas por el sujeto. 10. Cuestionarse el problema que plantea el sujeto. 
    11. Buscar y legitimar las expectativas y necesidades en lo que el sujeto quiere, lo que puede y en lo que cree. 
     12. Sistematizar el cambio psicológico en las diferentes áreas de vida del sujeto, legitimando sus manifestaciones emocionales (Calviño, 2000). 
    Como puede apreciarse la orientación como campo de acción profesional se mueve dentro de límites imprecisos dado que no solo requiere del dominio de determinadas herramientas profesionales sino también de la implicación de características de la personalidad del orientador, vistas como un complemento que sazona el proceso y le agrega un valor humano importante a las prácticas de orientación, como espacio compartido entre una persona que necesita ayuda y un profesional preparado y dispuesto a brindarla.

            Referencias bibliográficas 

    Alonso, A. (1998). Algunos tipos de orientación en Cuba. Facultad de Psicología Universidad de La Habana. http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1414-88891998000200004 
    Calviño, M. (2000). Orientación psicológica, esquema referencial de alternativa múltiple. La Habana: Editorial Científico Técnico.
    Leung, S. A. (2008). The Big Five Creer Theories. International Handbook of Career Guidance, 115.129.
    Ramírez, Y. (2007). La Orientación Psicológica, un Espacio de Búsqueda y Reflexión Necesario para Todos. REMO, volumen 4, nro 10. 

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    Cómo convertirse en padres...adiós a las recetas




    Tener un hijo no vuelve padre o madre en horas. Ha de pasar mucho tiempo antes de que se sienta satisfacción por la obra realizada al educar a los hijos. Algunos nunca llegan a sentirse enteramente satisfechos y otros ni siquiera consiguen acercarse a un estado aceptable de satisfacción. Cuando alguien decide aprender un oficio, existen las instituciones encargadas de enseñarle; sin embargo, cuando se decide tener un hijo no hay otra forma de aprender que el ensayo y error en el ejercicio cotidiano de las funciones parentales y en algunos casos repitiendo o rechazando aquellas acciones que vieron ejecutar a sus propios padres. En estas líneas se reflexiona acerca de las acciones que nos vuelven padres.
             
    Es cierto que ser padre o madre aun en condiciones normales, cuando se trata de un hijo deseado, comporta algunas dificultades; de ahí que la expresión “cuesta tanto trabajo”, no esté totalmente desacertada.
    La realidad de la crianza de los hijos demuestra que es necesario pasar por experiencias que en ocasiones superan el inicial arrobamiento cuando en la maternidad ponen en las manos de los padres a su retoño. No se trata solamente de las noches en vela cuidando alguna enfermedad infantil o de las pequeñas discusiones hogareñas entre los padres cada uno empeñado en vaticinar cómo será su futuro.
    Se trata ante todo de comprender la propia imperfección para enfrentar la tarea. Ningún padre o madre es perfecto. No es raro encontrar incluso a padres muy amantes de sus hijos que en ocasiones hacen cosas negativas, por ejemplo, pegarle una bofetada o darle una mala respuesta. Puede tratarse de una reacción aislada o un “mal momento”, pero si es la forma cotidiana de actuar frente al niño, es entonces necesario buscar ayuda profesional pues puede tratarse de un deficiente control de impulsos que bien sea o no pasajero, requiere alguna orientación.
    En el mundo actual puede encontrarse diversidad de materiales semejantes a este que ofrecemos que persiguen la aproximación de los padres al mundo de la educación infantil. De igual modo en diferentes entornos se desarrollan diversos programas dirigidos a incrementar la preparación de la familia para esa importante tarea. A pesar de ello es común que a los familiares les resulte muy difícil poner en práctica lo que se promulga en libros, cuadernos y programas para la educación de padres.
    Es que la actuación para con los hijos está mediada no sólo por los conocimientos que sobre educación infantil posean los padres. Ante todo debemos ubicarnos que los padres son seres humanos sometidos a las presiones y exigencias de la vida cotidiana, dotados de emociones y sentimientos que no siempre poseen una carga positiva. Si nos ubicamos en los retos que impone la crianza de los hijos y la cuota de sacrificios que entraña, es fácil comprender que en no pocas ocasiones se activen emociones de valencia negativa que provoquen una respuesta de igual valor, aunque posteriormente el arrepentimiento por una palabra o una acción mal dirigidas sean la consecuencia.
    De lo dicho anteriormente pudiera pensarse que llegamos a un punto muerto. Los especialistas se esfuerzan por dotar a los padres de conocimientos útiles en materia de educación infantil, sin embargo, estos no siempre logran ponerlos en práctica. Retomando un antiguo refrán cabe decir que de nada vale llorar sobre la leche derramada, es necesario continuar buscando soluciones.
    Debe tratarse mas bien de que cada familia identifique no solamente lo que no sabe, si no lo que siente cuando algo no sale bien en relación con los hijos, de modo tal que se pueda llegar realmente a cubrir sus necesidades en torno al manejo de los mismos las cuales no siempre son relativas al conocimiento.
    Evidentemente ser padres y madres no resulta tarea fácil. En otros momentos de este propio material he referido la preparación únicamente empírica que para tal función se recibe, sobre la base de la propia experiencia como hijos, por referentes familiares cercanos de crianza como hermanos, tíos, etc.; o sencillamente probando por ensayo y error qué conducta es mejor o peor en relación a los hijos.
    Lo que sí es incuestionable es que ningún hijo pide ser traído al mundo. Esta es una decisión de los padres. De modo tal que es también únicamente de ellos la responsabilidad de que lleguen a él, vivan en él y crezcan en él. Y cuando refiero crecer en el mundo no lo hago simplemente pensando en indicadores antropométricos, sino sobre todo, en el crecimiento como seres humanos que incluye no solo el aspecto físico sino también el espiritual.
    Entonces, con independencia de los temores, ansiedades o inseguridades que su crianza provoque, la única deuda que nunca sería posible saldar con respecto a los hijos sería la del abandono. Incluso quienes tenemos profesiones relacionadas con la educación o somos especialistas en el comportamiento humano, podemos  como cualquier otra persona ser vulnerables al temor de no desempeñarnos bien como padre o madre; sin embargo, ello no nos limita para continuar emprendiendo la comprometida tarea de educar, convivir y favorecer el crecimiento saludable de los hijos de diferentes familias, incluida la nuestra.
    No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.
    Schiller

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    Educación....MITO Y REALIDAD




    Constantemente nos bombardean mensajes que buscan trascender nuestras ideas y tocarnos en lo más profundo, movilizando nuestros afectos para incitarnos a la acción. Estos mensajes de alguna forman orientan nuestros pasos en las diferentes direcciones en las que nos movilizamos: el manejo de nuestros recursos económicos, la forma en que manejamos nuestras relaciones sociales, qué consumimos, en qué creer o no, etc...de cierta forma puede decirse que desde que nacemos nuestros pasos son orientados por terceros, sin que seamos siempre conscientes de cuánto esas orientaciones afectan nuestro paso por la vida.
    Casi casualmente usted observa en la tele la publicación del informe de una organización prestigiosa, en el cual se afirma que el cambio climático está siendo influido por la cantidad de carne que se consume a nivel planetario y usted no recuerda que ha visto otros mensajes que afirman que comer carne roja puede hacer que peligre su salud intestinal. Usted no desea ser culpable de que peligre el planeta, tampoco quiere sufrir cáncer de colon, algo comienza a movilizarse en su interior: no debiera comer tanta carne..., comienza a comprar menos carne,cocinar menos carne, consumir menos carne...Le han orientado para que camine en una dirección determinada.
    Claro, es solo un ejemplo elemental, la realidad es mucho más compleja, no es cualquier mensaje el que puede movilizar nuestra actuación, ni en todo momento tenemos la disposición adecuada para movernos en la dirección hacia la que nos inducen.
    Actualmente las grandes empresas invierten cuantiosos recursos en sus estrategias de marketing, con el fin de hacer coincidir sus productos o servicios con las necesidades de los posibles consumidores. Se despliegan entonces numerosas herramientas encaminadas a despertar en el mundo interno de las personas los deseos de recibir esos servicios o productos. Anualmente las compañías dueñas de grandes marcas patrocinan festivales artísticos, deportivos, etc., por otro lado se ocupan de perfeccionar cada vez más los mensajes que transmiten y la publicidad ha devenido en el arte de vender lo imposible.
    De este modo el marketing se ha convertido en una disciplina que bordea los límites entre la ciencia y el arte o esos límites se difuminan cada vez más.
    Seguramente usted se preguntará si está leyendo la página de un blog sobre  orientación, qué tiene que ver con ello el marketing...Como el marketing, la educación-una de cuyas funciones tiene que ver con la orientación- está en el límite entre la ciencia y el arte.
    En este mundo globalizado donde todo se interconecta, dado que estar conectados se ha convertido en una filosofía de vida, la educación ha pasado a ser piedra angular de los procesos de socialización e individualización. Como nunca antes, el ser humano ha dejado de ser un sujeto aislado para integrarse a la aldea global, al propio tiempo y gracias a la red global, como nunca antes el ser humano va deslizándose hacia un espacio de soledad acompañada, donde no necesita estar físicamente con otros para construir su subjetividad, las nociones de espacio y tiempo han comenzado a adquirir otros significados y usted puede estar a miles de kilómetros de distancia de alguien mientras lo observa a través de una pantalla como si fuera su vecino más cercano. Lo complejo del caso es que mientras su vecino le presenta el único rostro que posee,  la aplicación de filtros hacen que el rostro que ve en la pantalla a veces no sea exactamente el de la otra persona.
    ¿Qué pasará en el futuro cuando gracias al empleo de las tecnologías los contactos humanos distorsionen cada vez más la premisa comunicacional de nuestra hominización?
    Somos del criterio de que hoy más que nunca la educación necesita del perfeccionamiento de todas sus funciones. Como Bertrand Russell pienso que es la educación quien está obligada a salvar la civilización, pero esto no es posible si no crea los mecanismos necesarios para hacerlo.
    En 1972, Bloom afirmaba que en la educación el mito y la realidad no se diferencian claramente y que muchas veces el primero es preferido antes que el segundo. No ha cambiado mucho la situación desde entonces. Pese a que dentro de la comunidad académica existe un segmento profesional profundamente interesado en la investigación de  y sobre la educación, persiste en muchos la idea de introducir en ella cambios  de carácter empírico, alejados de un fundamento científico.
    A nuestro juicio la contradicción no radica en el carácter de arte o ciencia de la educación, sino entre la comprensión de la educación como un proceso rudimentario sujeto a los deseos de quienes la hacen o como un proceso científico, sistemático y rigurosamente planificado; sujeto a leyes y con principios que deben ser cumplidos para satisfacer su objeto. En tanto proceso en el que participan actores humanos, la educación es arte, se halla ligada y recrea  la subjetividad de sus participantes. En tanto proceso con una finalidad objetivamente determinada por la sociedad, implica una sincronía de contenidos, métodos, recursos y procederes únicamente sostenidos por la indagación científica.
    Esta contradicción arte-ciencia lleva al dilema teoría práctica. Lamentablemente, considerar a la educación solo como arte puede llevar a la improvisación, conduciendo al peligroso camino de la especulación y al distanciamiento de su objeto: el desarrollo de la personalidad. Perder de vista el camino de las ciencias en la educación conlleva a una práctica pedagógica especulativa o por lo menos empírica que no considera la explicación de la esencia del acto pedagógico. Negar lo artístico del quehacer pedagógico significaría despojarlo de su belleza, de las diferentes miradas que pueden darse sobre un mismo fenómeno. Negar lo científico la despojaría de los fundamentos que la convierten en un cuerpo de conocimientos con una rigurosidad y sistematicidad que está más allá de los simples deseos de quienes la hacen
    Se puede decir entonces que arte y ciencia, a partir de sus construcciones, posibilitan la imagen de un mismo mundo único y diverso. Saber nos relaciona al arte, a su destreza y tener habilidad y noticia de una cosa; y conocimiento como hechos, datos, información de los sentidos en la comprensión práctica o teórica de la realidad (Muñoz, 2011, pág. 15)
    La educación es ciencia y al propio tiempo es arte, porque ciencia y arte constituyen dos formas diferentes de mirar la misma realidad, cada una de ellas posee su propio discurso. Lo que la Pedagogía como ciencia acumula en categorías, principios y regularidades; el quehacer pedagógico lo presenta de manera seductora y con un acento que la vuelve deseable para quienes participan en ella.
    El arte sabe mostrar y seducir a plenitud lo que muchas veces la ciencia expone en sus categorías y en sus discursos rigurosos, consistidos casi siempre en el ámbito privativo donde ella se mueve y enseña la realidad y el objeto de su estudio; sin embargo, para el arte, esa misma realidad aparece de forma diferente en cuanto a su manera de presentarla como visión y lenguaje de mundo sin entrar en contradicción con el universo de la ciencia (Muñoz, 2011, pág. 13). 

    Referencias bibliográficas

    Bloom, B. S. (1972). Innocence in education. The School Review, v. 80, n. 3, pág. 333-352.
    Muñoz, E. L. (2011). . Palabras de presentación al libro de Daza, S. y Quintanilla, M. La enseñanza de las Ciencias Naturales en las primeras edades Su Contribución a la promoción de competencias de pensamiento científico. 1ª edición. Colombia. 
    Russell, B. (2004). La educación y el orden social. Traducción de José Vicuña y Ángeles Ortuño. Barcelona: Editorial Edhasa.

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    PERFIL DE LA AUTORA

    Dra. Odalia Llerena Companioni

    Graduada como psicóloga (Cuba, 1984), Máster en Ciencias de la Educación (Cuba, 2007), Dra. En Ciencias Pedagógicas (Cuba, 2013). Orientadora, profesora, conferencista

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